Rosa Orozco - Defiende Venezuela
Somos un equipo de defensores de derechos humanos dedicados a denunciar efectivamente ante el Sistema Interamericano las violaciones de derechos humanos cometidas en Venezuela.
Defiende Venezuela
16272
post-template-default,single,single-post,postid-16272,single-format-standard,bridge-core-2.6.0,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-24.5,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,disabled_footer_bottom,wpb-js-composer js-comp-ver-6.5.0,vc_responsive

Rosa Orozco

Rosa Orozco, una mujer leal.

La madre de Geraldín Moreno, que apenas este 30 de marzo hubiese cumplido 23 años, de no ser por aquel fatídico día en el que una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana ingresó a la urbanización Tazajal, en Valencia, estado Carabobo, cegando la vida de su única hija. Ese día, contrario a lo que muchos podrían esperar, Rosa Orozco desde el profundo dolor que representa la pérdida de un hijo, inició una larga lucha por la justicia. Hoy Rosa Orozco además impulsa el encuentro y el perdón, por medio de una ONG que busca esos tres objetivos: justicia, encuentro y perdón.

El perdón como liberación. Rosa perdonó a los verdugos de su hija. “Cuando yo lo hice, cuando yo dije esa palabra, yo respiré, respiré y sentí más ánimo, sentí más fuerza. Creo que salí más a la calle, o sigo saliendo más a la calle, denuncio más, hablo más y tengo la convicción de que Dios siempre está con uno para ayudarlo en eso”, expresa.

Algunos no comprenden como pudo perdonar a los efectivos que asesinaron a su primogénita. Rosa lo sabe y se esfuerza en llevar su mensaje. “Es difícil en este momento de que tú puedas tener un perdón hacia una persona que te agredió o que te violó todos tus derechos, pero lamentablemente el venezolano tiene que darse cuenta de que con rabia y con odio no vamos a llegar a ningún lado”, apunta convencida.

La lealtad define a Rosa, pero entendiendo ese concepto, no solo como una expresión, sino como una forma de hacer las cosas y demostrar con hechos esa lealtad, que la guía como mujer incansable, cuya lucha ha rendido frutos. De las víctimas de las protestas del 2014, el caso de su hija es de los pocos en los que los responsables están tras las rejas y ya existe una condena.

“Perdonar no significa renunciar a la justicia o a mis derechos, pero siempre lo he sostenido, hay que mantener una justicia y esa justicia va de la mano junto con el perdón”, señala. Rosa logró torcerle el brazo a un sistema de justicia que ha cobijado en la más absoluta impunidad a la inmensa mayoría de casos de violación a los Derechos Humanos, producto de la represión a manifestaciones públicas.

Geraldín es su motivación diaria, señala con el sentimiento de una madre que la recuerda constantemente. Madre de Los hijos infinitos, poema Andrés Eloy Blanco, Rosa recuerda a sus libertadores, como llama a los miles de jóvenes que han salido a las calles a defender sus derechos y a los centenares que han sido vilmente asesinados y aún se mantienen tras las rejas. Ellos también la impulsan diariamente en su labor como activista por los Derechos Humanos.

“Yo siempre lo he dicho, nosotros tenemos que pasar, de víctimas a victoriosos”, expresa. Pese a la adversa situación que enfrentamos, Rosa llama a plantar cara y a defender lo nuestro. “Y yo no me voy de mi país, porque este país es mío también. Y es el país que tengo que luchar y es el único que tengo. Hay que seguir luchando y hay que seguir denunciando. Yo seguiré adelante, yo seguiré levantando la voz y ayudando a la gente que quiera seguir ayudando y levantando la voz”.

Rosa defiende Venezuela.

No Comments

Post A Comment